La movilidad es un derecho de los ciudadanos. El servicio público de transportes, como el que supone el nuevo Trambahía, debe ser eficaz, seguro y en condiciones de calidad, de manera que garantice la movilidad urbana de la forma más sostenible y saludable. La garantía de la movilidad debe ofrecerse también en términos de accesiblidad.
El sistema de transportes responde al criterio de accesiblidad universal: un ferrocarril metropolitano pensado para personas de todas las edades y todas las capacidades. La Junta de Andalucía ofrece este nuevo medio de desplazamiento con el afán de ofrecer un servicio universal que haga posible que todas las personas puedan acceder al transporte público, ejerciendo su derecho a la movilidad sin necesidad de usar el vehículo privado. Para garantizar la movilidad accesible, deben darse los criterios universales tanto en el diseño y construcción de la infraestructura, como en los vehículos y material móvil, así como en los sistemas de señalización e información a los ciudadanos. Los vehículos del Trambahía están adaptados a los andenes de las paradas metropolitanas y al andén de las paradas ferroviarias, con piso bajo, en el primer caso, y piso alto, en el segundo, y puertas a dos alturas con rampas y estribos desplegables. En ambos casos se garantiza la accesibilidad universal para todos los usuarios, incluidas las personas con movilidad reducida. Los trenes cuentan con un elevador interior que permite a este colectivo subir en una parada metropolitana y bajarse en una estación ferroviaria, y viceversa.
Las paradas cuentan con rampas para eliminar las barreras arquitectónicas y, especialmente, la parada de Río Arillo cuanta con una pasarela y ascensor instalado para el cambio de andén.